"El arte y el espíritu crean la materia de la obra"
 

EL YO – EL MOÂ

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Observando la historia de Victor Hugo, su vida, sus dibujos, en 1975 me surgió la imperiosa necesidad de tomar plumas y tintas, luego pinceles y gouaches. El paso al óleo y sus posibles derivaciones me abrieron una puerta hacia un apocalíptico puente al estilo de Dalí. En 1976 llegó al mundo mi primer hijo; desencadenando una frenesía artística. Me lancé entonces al contacto con los materiales y sus descomposiciones. En la alquimia de los colores, en el carrusel de pigmentos, en la sorpresa de los efectos producidos. En 1979 llega mi segundo hijo y la necesidad de ir más allá en la expresión artística se abre al milagro de la vida y sus misterios. La idea del nacimiento, la paternidad, su perdurabilidad, el alumbramiento de la obra. La incubadora, el huevo de Dalí y sus derivaciones.
El mundo de los humanos y el Universo. La explotación de todo tipo de materiales, objetos inanimados y diversos ensamblajes. Un encuentro de los elementos entre sí, como me decía mi primer maestro de arte: la pintura es el acercamiento de tres colores con los que aprendemos a hacer amistad, fusionándolos entre ellos. Los objetos y los materiales dependen de cómo los ayudamos a encajar. Pinto con mis entrañas y con el corazón abierto, a veces en el dolor y el sufrimiento de las angustias del mundo terrenal. Creación de mi taller de esculturas y pinturas en Eure-et-Loir en 1988. Encuentro con el maestro Ajit DE, primer premio de bellas artes y honoris causa de las artes y las letras. Entré en su taller en 1991 y trabajé con él durante diez años. Era amigo de Dalí.Trabajó como copista en los museos de Arte Moderno hasta 2002 y en el museo Carnavalet hasta 2005. Desde 2023, cambio de enfoque; transformación de mi visión del mundo en fotos donde el animal se fusiona con el humano.